Si pudiéramos poner en un ring de boxeo nuestras decisiones contra la duda y el miedo, seria entretenido ver esa gran lucha de como las decisiones quieren ganar y comienzan con gran entusiasmo y vigor, pero viene la duda con su primer ataque, enseñándole las posibilidades que hay del fracaso y el miedo ataca por detrás reforzándole la misma idea. Y así continua esta lucha hasta que tarde o temprano, ganarán las decisiones o estas se verán afectadas por el miedo y su compañera infalible, la duda.
En nuestra vida, es posible que a la duda y el miedo los estemos viendo como un gigante a vencer, y déjame decirte que lo son, aunque las decisiones, si están fundamentadas en la palabra y son voluntad de Dios, estas son más fuertes y lo sabemos. Aun así, vienen aquellos pensamientos o comentarios de personas a los que nunca se les llaman, ni dan previo aviso de su llegada, no se les espera, no se les busca, pero cuando llegan, paralizan todo.
El enemigo utiliza mucho al Sr. miedo y la Sra. duda para atrasar, pausar o eliminar los planes que Dios tiene en tu vida en los cuales debemos tomar siempre decisiones, podemos ver como en la Biblia nos relata cuando el curioso de Moisés se acercó a ver la zarza, en ese momento escucha una voz que era de Jehová y le llama por su nombre; se le dio una tarea especifica y esta era: «Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.” Exodo. 3:10
Moisés inmediatamente le toco a la puerta a el miedo y la duda, haciéndolo formularse un pregunta:
«¿QUIÉN SOY YO para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?” Ex. 3:11.
Moisés y sus decisiones entraron al ring de pelea y el miedo propino su primer golpe, y lo hizo dudar de ser el a quien Dios había elegido y eso lo llevo a ver las circunstancias que lo rodeaban en ese momento como un impedimento y claro, acto seguido en la lucha, la duda hace su ataque y lo hace cuestionarse respecto a poder ir y hablar a faraón y tener ese llamado de sacar al pueblo y liberarlos de la esclavitud, esto se nota en la porción donde comienza a ponerle excusas a Dios.
Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos NO ME CREERÁN, NI OIRÁN MI VOZ; porque dirán: No te ha aparecido Jehová.
Entonces dijo Moisés a Jehová: !!Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; PORQUE SOY TARDO EN EL HABLA Y TORPE DE LENGUA. Éxodo 4:1;10.
El miedo hace equipo con la duda y por si fuera poco llaman a su amiga la incredulidad y en su lucha contra Moisés, y le terminan haciendo creer que él era incapaz de llevar a cabo la tarea que Dios mismo le había designado. Pongámonos a pensar: DIOS MISMO le dio la tarea, o sea Moisés escucho a Dios y hablo con El y no solo eso, sino que le debatió sobre la misión encomendada. ¡Increíble!
¿Cuantas veces nos pasa lo mismo?, tenemos metas que nos trazamos año con año como: obtener buenas calificaciones, hacer ejercicio, comer más frutas y verduras; tal vez metas laborales como buscar un mejor empleo o mejor puesto, estudiar un diplomado o maestría; el servir en un ministerio, tomar un cargo en la iglesia, orar por otros o mejorar tu relación con Dios siendo más constante.
Pero piensas ¿Quien soy yo para hacerlo? Y luego vienen las excusas por el miedo al fracaso. Le tomamos mas importancia a lo que el miedo y la duda tienen que decir y no a lo que El Señor nos ha dicho. El ofrece su apoyo a sus hijos pero es nuestra decisión si lo incluimos en nuestro planes o lo excluimos de ellos; si se los entregamos en sus manos o lo hacemos en nuestras propias fuerzas.
Retomando el relato bíblico el Señor viendo como el miedo y la duda empezó a entrar en Moisés y le dijo lo siguiente:
«¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.” Éxodo. 4:11-12
Dios le dijo la meta pero no le dijo como iba a ser el camino a la meta, y aquí es donde la Fé en Dios debe sobreponerse a todo lo que diga el enemigo. El Pastor Héctor Bojórquez en una predica dijo una verdad que impactó mi vida, él hablaba sobre «Como Tratar con los gigantes” y dijo:
“La mucha oración es VITAL para las batallas y las victorias”.
Rvdo. Héctor Bojórquez
Hagamos caso de este consejo de la oración, pues únicamente por medio de ella podemos entregarle a Dios nuestros temores y dudas para así poder tomar mejores decisiones y estar fortalecidos espiritualmente sabiendo que no estamos solos que si encomendamos a Dios nuestros caminos El irá con nosotros, así como dice el versículo que nos estamos aprendiendo como “Jóvenes con Alas de Águila”.
“Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación;»
Salmos 25:4-5a
Que este no solo sea un versículo que nos tengamos que aprender, que sea una oración que elevamos a nuestro Dios pidiendo que sea El, tal como guió a Moisés, que nos guíe a tomar decisiones que le honren y que toda la gloria sea para El. NO DUDES, NO TENGAS MIEDO…
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Josué 1:5.
Por ultimo recuerda no tienes que entrar tú al ring de pelea, Jesús ya entro, peleo y venció por nosotros.
Que tengas bonito día y que Dios te bendiga.